miércoles, 22 de abril de 2009

Las Canciones mágicas



Los protagonistas de este cuento vuelven a ser Rita y Tito, los niños magos de “Los besos mágicos”. Es esta ocasión, encuentran una fórmula mágica que hace que, cuando se canta una canción, aparezca lo que se nombra en ella. Esto está muy bien cuando la canción habla de naranjitas y limones, pero cuando lo que se canta es “Un elefante se balanceaba…”, y el lugar donde se canta es el interior de una casa, los resultados pueden ser desternillantes.

Si “Los besos mágicos” invitaba a una lectura activa por parte de los padres (besar a sus hijos mientras leían el cuento), “Las canciones mágicas” invita a una lectura activa en otro sentido. Al incluirse en él fragmentos de canciones infantiles conocidísimas, los adultos y los niños no pueden evitar leer y escuchar estos fragmentos cantándolos, por lo que la lectura se convierte en una pequeña comedieta musical en la que los actores son el lector y el oyente.
Esto hace que el cuento sea especialmente indicado para ser leído o contado por maestros, animadores y cuentacuentos.

Al igual que en “Los besos mágicos”, el tema subyacente de “Las canciones mágicas” es el cariño entre padres e hijos, aunque aquí se expresa con un nuevo matiz: al final la madre, en vez de regañar a sus hijos por sus errores, les enseña a corregirlos. Un final que resulta catártico y tranquilizador para los pequeños lectores.

Autor: Juan Carlos Chandro.
Ilustraciones: Mikel Valverde.
Editorial: Alfaguara.

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