domingo, 14 de junio de 2009

El principito ya tiene compañero



Hay libros que se abren a nosotros como las puertas de un jardín humilde, invitándonos a un paseo relajado en el que no se adivinan grandes sobresaltos ni complicados giros, pero que dibujan en su desarrollo la trayectoria de esa flecha que, sin más pretensión que el tino, simplemente da en el blanco. Su sencilla precisión les impide envejecer, nos ofrecen en nuestras primeras lecturas perspectivas perfectamente integrables en nuestros esquemas infantiles, y se van llenando mágicamente de nuevos matices y de enfoques sorprendentes según vamos madurando. Crecen con nosotros. Suelen ser libros que no son lo que parecen, o tal vez sí que lo sean y precisamente por su falta de artificio consigan eludir nuestros intentos de catalogación. Ya se sabe a estas alturas del cuento: lo esencial es invisible a los ojos y, me da la impresión, tan tremendamente simple que se escurre entre los vanidosos dedos de los escritores que intentan apresarlo. Un sombrero, de sobra se conoce también, puede ser una boa que se tragó a un elefante, y cabe la posibilidad de que el borrachín que se tambaleaba en el barrio de tu infancia albergara en su interior un mapa desconocido que cambiaría tu existencia.

El de la calle en que me crié trabajaba como comercial de lencería y sobrellevaba una adicción aún más fuerte que la que lo ligaba al vermú: la lectura. Era un hombre discreto y cultivado pero, a pesar de vivir su querencia a la botella de una forma harto elegante, no disfrutaba de buena reputación en la calle ni podía presumir de amigos. Tal vez, como a aquel astrónomo árabe que descubrió un asteroide, le fallaron las formas. Un día, imagino que por verme siempre cargado de tebeos, se dejó llevar por un impulso y me regaló un libro. Me es difícil discernir si me siento más en deuda con Saint-Exupery por no darse la piña con el avión antes de escribirlo, o con aquel vecino por no dejarse llevar por la cirrosis sin habérmelo cedido. No voy a demorarme en una obra tan de sobra conocida pero, eso sí, aprovecharé para recomendar a todo padre de algún niño que aún no la tenga a mano que, en estos días tan propensos al regalo, además de la consola, suministren a su hijo un Principito. Y de paso, si no lo leyeron, háganlo.

Se encontrarán con un problema: es un libro difícilmente emparejable en el estante de la biblioteca. En la mía custodió en soledad su honorífico rincón durante muchos años. Con la entrada del nuevo milenio, encontré por fin un compañero adecuado, otro libro concebido para niños que se resiste con la misma tenacidad que el anterior a ese encorsetamiento y que, como él, consigue acariciar el hechizo que nos abre la puerta a lo esencial. El narrador Juan Carlos Chandro y el dibujante Gonzalo Izquierdo ganaron el II Premio de Literatura Infantil Ilustrada Tombatossals con el álbum “Un Sueño Redondo”. Las oníricas ilustraciones de Izquierdo, con su profundidad espacial, su trazo libre y sinuoso, y algún que otro truco sorprendente, consiguen un efecto de animación que nos acompañará en un viaje de ida y vuelta al sol en quince frases. Lo que oyen. Nos sobrará tiempo para conocer, con una disección homeopática y tremendamente lúcida, los problemas que aquejan a niños y mayores, a casas y ciudades, a estrellas y planetas, a valorar todos ellos en su justo pulso palpando la arteria común que los irriga e, incluso, a intuir la solución. Como todas las respuestas acertadas a las preguntas inspiradas será, naturalmente, muy sencilla. De alguna forma, siempre he sospechado que si formulamos una pregunta con la suficiente puntería, la respuesta con que nos premiará nuestra dedicación será enciclopédica, global, una especie de comodín válido para contestar a todas las preguntas imaginables. Cuestión de tino.

No es más que un sueño. Pero eso sí, redondo. Un texto iluminado, no sólo por las ilustraciones de Izquierdo, sino por la prosa de Chandro que consigue, con precisión y sencillez, sujetar entre sus dedos esa chispa tan esquiva a todos los que intentamos escribir. Un original libro que despliega un manojillo de detalles importantes de este juego de la vida que todos olvidamos con facilidad. Ya se sabe: lo esencial, como no se ve, se nos escapa. Y es una pena.


Artículo publicado por Fernando Benito en Noticias de La Rioja.

jueves, 14 de mayo de 2009

Rosa está hecha un lío, por Zhinelia y Nura Watson



Con esta adaptación teatral del cuento “Rosa está hecha un lío”, de Juan Carlos Chandro, las hermanas Zhinelia y Nura Watson ganaron el Premio Nacional de Artes Escénicas 2006 en la final nacional del concurso Veo Veo de la Fundación Teresa Rabal.
La adaptación fue escrita por Zhinuzh Watson.


domingo, 10 de mayo de 2009

Rosa contra los guarrocacas




Tercera entrega de las aventuras de Rosa.
En esta ocasión, el profesor de Lengua encarga a la clase que realicen un trabajo en equipo: inventarse un anuncio. A Rosa y su equipo se les ocurre hacer una campaña en contra de los guarrocacas, que así es como llaman a esas personas que no recogen las cacas de sus perros. Pero la abusona de clase (la Casiguapa) y su pandilla harán todo lo posible para fastidiar a Rosa y su grupo.

El argumento de este cuento, que desarrolla dos fantasías típicamente infantiles: "triunfar" con un trabajo escolar y que el compañero engreído y abusón reciba su merecido, sirve para tocar temas como el consumismo, la publicidad, el acoso escolar y la obsesión de algunos niños por las marcas.

Estos temas, aunque serios, se tratan con el tono desenfadado y humorístico que caracteriza a la serie de Rosa.
Un final catártico, personajes y situaciones que resultan familiares a los niños, humor e ingenio: estos son los principales ingredientes de esta ración de literatura.

Este cuento ha sido adaptado al colombiano.

Autor: Juan Carlos Chandro
Ilustraciones: Guillermo Ferreira.
Editorial: Pearson/Alhambra.


sábado, 9 de mayo de 2009

El cumpleaños de Rosa (y de Victoria)



Una nueva aventura protagonizada por Rosa. Ya es un año mayor que en Rosa está hecha un lío y conserva todavía bastantes dosis de ingenuidad, pero va adquiriendo alguna malicia. Rosa quiere celebrar su octavo cumpleaños como el séptimo, con sus mejores amigas y su primo. Pero sus padres desean celebrarlo por todo lo alto para que la fiesta dé que hablar en toda la urbanización. Y vaya que da que hablar, pero no en el sentido que sus padres se imaginaban.

Los niños dan mucha importancia a su fiesta de cumpleaños, que generalmente constituye el principal acontecimiento de su vida social. Pero en los cumpleaños muchas veces ocurre que el niño propone y los padres lo descomponen, trasladando sus propias conveniencias sociales a la fiesta de sus hijos. En el cuento se critica este tipo de comportamiento con el que muchos padres se sentirán identificados, o lo que es mejor, identificarán a sus vecinos.

En el libro "El cumpleaños de Rosa (y de Victoria)" se emplean los mismos recursos que en el libro anterior de Rosa: descripción de situaciones cotidianas reconocibles por todos, crítica amable a ciertos comportamientos de los adultos con los niños y una sucesión de gags y ocurrencias que hacen que el cuento se lea de sonrisa en sonrisa.

Autor:Juan Carlos Chandro.
Ilustraciones: Guillermo Ferreira.
Editorial:Pearson/Alhambra.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Rosa está hecha un lío



El lío de Rosa comienza cuando sus padres le dicen que van de visita a la casa del jefe de su padre y que debe ser buena y educada. Ante la vaguedad de las instrucciones recibidas, Rosa llega a la conclusión de que portarse bien debe ser lo que hacen con ella las visitas que van a su casa; como revolverle el pelo, pellizcarle los mofletes, decirle que parece mayor de lo que es… Y decide hacerle eso mismo al jefe de su padre.

Rosa está hecha un lío utiliza la técnica del mundo al revés: plantea una situación en la que un niño hace a un adulto lo que muchos adultos hacen a los niños, para dejar bien patente lo ridículo de su comportamiento. Una idea un tanto subversiva que llena de gozo a los más pequeños. Un cuento plagado de carcajadas, a las que contribuyen las festivas ilustraciones de Guillermo Ferreira, que reflejan magníficamente el tono jovial y espontáneo de la historia.

Este cuento ha sido adaptado al colombiano.

En 2008 fue seleccionado por FAPA Rioja como uno de los 20 libros que no deben faltar en una Biblioteca Familiar.

Con una adaptación teatral de este cuento, las hermanas Zhinelia y Nura Watson ganaron el Premio Nacional de Artes Escénicas 2006 en la final nacional del concurso Veo Veo de la Fundación Teresa Rabal.

Autor: Juan Carlos Chandro
Ilustraciones: Guillermo Ferreira.
Editorial: Pearson/Alhambra.

lunes, 4 de mayo de 2009

Un sueño redondo



Este álbum ilustrado trata sobre los sueños y los anhelos. Su trabajada estructura (circular, y a la vez especular, y a la vez de caja china) parece querer reflejar los esquemas repetitivos de los sueños.

De este libro se ha escrito:

“¿Por qué siempre soñamos con ser lo que no somos? ¿Por qué deseamos ser mayores cuando somos niños, o bien niños cuando somos viejos? ¿Será que la búsqueda de la propia identidad no termina nunca? Todas estas preguntas son trascendentales, y no es que Juan Carlos Chandro las responda, pero sí nos hace una elegante, ordenada e interesante radiografía de este ancestral deseo humano a través de una cadena argumental que une el principio con el final, consiguiendo una afortunada estructura circular. Personal, y sinceramente, me ha encantado. Y no sólo el texto, sino también las ilustraciones, repletas de sombras, tramas, sugerencias, que expresan esa idea tan compleja del querer ser.
Un buen rompecabezas para iniciarse en la filosofía”.

Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil, Nuria Obiols

“Haciendo honor a su título, es un cuento redondo en el que los autores proponen una interesante mirada sobre una de las inquietudes más presentes en la infancia: el deseo de ser mayor. Con una eficaz estructura circular y unas sugerentes imágenes de trabajada composición, el cuento va mostrando los sueños de los que desean crecer, y vuelve sobre sí mismo para descubrir que los envidiados “grandes” también sueñan, deseando ser, paradójicamente, como los pequeños. Un libro muy original, recomendado para lectores de 6-8 años en adelante”.

Babelia, El País


“Prodigioso ingenio de orfebrería fantástica”.


El Periódico, Teresa Durán/Joan Portell Rifà

Un sueño redondo recoge el concepto de retorno a los valores universales, expresado en el texto preciso de esta narración circular y con unas ilustraciones muy trabajadas, de fondo y factura excelente, lo que lo hace recomendable para todos los lectores sensibles”.

Avui, Andreu Sororra

“No es más que un sueño. Pero eso sí, redondo. Un texto iluminado, no sólo por las ilustraciones de Izquierdo, sino por la prosa de Chandro que consigue, con precisión y sencillez, sujetar entre sus dedos esa chispa tan esquiva a todos los que intentamos escribir. Un original libro que despliega un manojillo de detalles importantes de este juego de la vida que todos olvidamos con facilidad”.

Noticias de La Rioja, Fernando Benito Labarta

Poco más resta añadir, salvo que:

"Un sueño redondo" ha sido traducido al catalán con el título "
Un somni redó".

En el año 2000 ganó el Premio de Literatura Infantil Ilustrada Tombatossals.

En 2001 fue seleccionado en la Lista de Honor de la revista Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil como uno de los 10 mejores libros publicados ese año para el tramo de edad de 8 a 10 años.

En 2006 fue escogido por el gobierno de México desde el Servicio de Educación Pública para difundirlo por escuelas y bibliotecas de ese país.

Autor: Juan Carlos Chandro.
Ilustrador: Gonzalo Izquierdo.
Editorial: TÀNDEM.

domingo, 3 de mayo de 2009

Maripuzzle la destrozona



Desde pequeñita, Maripuzzle demostró que hacía honor a su nombre, pues su diversión favorita era convertir en puzles todos los objetos que caían en sus manos, es decir, a romperlos. Por eso la llamaron Maripuzzle la destrozona. Los objetos de su casa estaban aterrorizados. Ante la presencia de la niña, al cepillo se le ponían los pelos de punta, al abrigo de visón la piel de gallina, al reloj se le aceleraba el tictac… Había que hacer algo y deciden organizar una huelga antimaripuzzle.
La rebelión consigue su objetivo: Maripuzzle comprende que los objetos son amigos suyos, que están ahí para ayudarla y hacerle la vida más fácil. Y se convierte en la protectora de las cosas.

"Maripuzzle la destrozona" trata, en clave de humor, sobre esa relación tan especial que algunos niños mantienen con las cosas, que se manifiesta en su afán por recoger los objetos más dispares a los que consideran como pequeños tesoros que casi llegan a personificar.

En efecto, es un cuento de humor, pero ante todo es un cuento de amor. De amor a los objetos, esos aliados, esos amigos que nos acompañan a lo largo de toda nuestra vida, esos guardianes de nuestros recuerdos.

Autor: Juan Carlos Chandro
Ilustraciones: Guillermo Ferreira.
Editorial: Palabra.
Colección: La Mochila de Ástor.

sábado, 2 de mayo de 2009

Tú eres mi héroe


A Raúl le encantan los libros, sobre todo los de aventuras, pero hay una cosa que lamenta: él no puede ser como todos esos héroes de los libros que se enfrentan a dragones y ayudan a gente en apuros. Su padre le explica que el día a día puede ser una aventura.

Este cuento remarca una idea y alienta un propósito. La idea es que en su vida cotidiana todo niño debe afrontar dificultades, superar miedos y realizar sacrificios, lo que, en cierta medida, lo equipara con los héroes de los cuentos que lee. El propósito es que cuando un niño lea o le lean este cuento se sienta no sólo identificado sino también reconfortado, que suponga para él una inyección de autoestima.

Mención especial merecen las ilustraciones de Gonzalo Izquierdo que, a través de metáforas y correspondencias formales, establecen una serie de paralelismos visuales entre el mundo real del niño y el mundo de la fantasía de los cuentos. Todo un alarde de ingenio artístico.

Autor: Juan Carlos Chandro.
Ilustraciones: Gonzalo Izquierdo.
Editorial: SM.
Colección Barco de vapor (Serie blanca).


viernes, 1 de mayo de 2009

El huevo más famoso de la ciudad



Una mañana, la hormiga doña Barriga se despertó, bostezó y dijo:
-¡Qué ganas tengo de poner un huevo!
Salió de su hormiguero a comprobar si hacía buen día para poner huevos y vio un cartel con unas grandes letras que decían:

“Si visita hoy

Villatremenda,

podrá ganar

un fabuloso regalo”.

Y decidió dejar para otro día lo de poner un huevo. Cogió medio grano de arroz por si le daba hambre, media gota de agua por si le daba sed y unas medias por si hacía frío; lo metió todo en una maleta y partió hacia Villatramenda en busca de fortuna y gloria.
En este cuento Chandro fusiona el humor del non sense de tintes surrealistas con recursos formales de los cuentos tradicionales, como las retahílas, los encadenamientos y las repeticiones. Con ellos logra provocar en el lector la satisfacción motivada unas veces por la vuelta a lo conocido y gustado, y otras por la sorpresa ante lo inesperado.

Este cuento ha sido traducido al coreano.

Autor: Juan Carlos Chandro.

Ilustraciones: Guillermo Ferreira.
Editorial: SM.Colección Barco de vapor (Serie blanca).

jueves, 30 de abril de 2009

Una niñera de cuidado



Ruth tiene una niñera muy especial: un robot que sabe hacer casi todo lo necesario para cuidar y divertir a los niños. Pero un día los circuitos del robot se descontrolan y el resultado es una pequeña y regocijante catástrofe doméstica.

Este divertido cuento está lleno de sorpresas y gags intermedios que hacen que los niños lo lean con una sonrisa permanente. Las chispeantes ilustraciones de Gonzalo Izquierdo, que aquí muestra su vena humorística, dotan al cuento de una comicidad visual que se suma al humor de situación sobre el que bascula la historia.
Un cuento divertido, sí, pero que invita a reflexionar sobre si primar los artilugios tecnológicos sobre las relaciones humanas realmente mejora nuestra calidad de vida.

Un aspecto curioso del cuento es que los protagonistas son negros. Los escasos cuentos que se publican protagonizados por personajes de este color tratan sobre temas antirracistas o sobre los problemas del tercer mundo. Nos parece una idea bonita que, por una vez, los niños puedan leer un cuento protagonizado por niños negros que no sea un cuento triste, sino un cuento de risa.

Este cuento ha sido adaptado al colombiano.

Autor: Juan Carlos Chandro.
Ilustraciones: Gonzalo Izquierdo.
Editorial: Pearson/Alhambra.

miércoles, 29 de abril de 2009

Juan Carlos Chandro, Ingeniero de Sueños, Ilusiones y Sonrisas.



Cuando a mis amigos les digo, con orgullo, que tengo un amigo escritor, hay veces que no se produce el efecto de admiración que espero. Cuando digo que es un escritor de cuentos infantiles la cosa cambia y esto creo que se debe a que hay escritores y ESCRITORES. No hay nada más que comparar con los periodistas, profesión que con el mismo nombre aglutina periodistas de periódicos, de investigación, presentadores, de prensa rosa, de telebasura, etc, y también a muchos escritores que ante la ausencia de ideas para escribir una obra, aprovechan las rentas de libros de éxito pasados, para rellenar columnas y columnas que son olvidadas por los lectores en cuanto se pasa la página.
Entonces, pensando en como calificar el trabajo de Juan Carlos, me sumergí en el diccionario y vi palabras muy bonitas, y olvidadas pero que no servían porque eran todo lo contrario a lo que él hace, palabras como escribiente, escriba, escribano, incluso amanuense, que con los ordenadores casi hemos desaparecido y ya casi nadie disfruta de ese olor a tinta que desprende el papel, cuando las ideas fluyen y el papel se llena de letras como si una primavera inspiradora hubiera llegado a la imaginación.
Y en ese momento mi imaginación voló varios años atrás, y vi a un niño pequeño en su pueblo, afortunadamente sin televisión, al que su padre le contaba el cuento de Pulgarcito enseñándole el dedo pulgar y repitiéndole que si, que era así de pequeñito, y él veía los pequeños brazos y dientecitos de Pulgarcito, y veía zapatos de cristal, y soñaba con países en los que los cochinos que él veía por la calle todos los días, se llamaban cerditos, hacían casas y hablaban, e incluso había otros países en los que se llamaban chanchitos y eran voladores, y el miraba al cielo por si veía alguno.
Y ese niño cuando iba a dormir exigía más y más cuentos y sus sueños eran sueños de castillos y princesas, y cuando despertaba solo deseaba llegar al colegio con la ilusión de volver a ver esos cuentos leídos y releídos por él y por muchos otros antes, y cuando volvía a casa sabía que si se portaba bien, volvería a escuchar otra vez esas grandes aventuras que siempre terminaban bien, y en su cara siempre se veía una sonrisa.


Y entonces recordé un libro que leí sobre puentes en el que se hablaba de posiblemente el puente más bello del mundo, el de Salgina-Tobel de Robert Maillart, que es un puente muy estrechito, en medio de las montañas de Suiza y que fue construido para que unos niños de un pueblo muy pequeñito pudieran ir a la escuela, y entonces pensé en la labor de estos grandes ingenieros, tratando de que las personas pudieran viajar, beber agua, transportar el fruto de su trabajo, en fin, de mejorar su vida, realizando muchas veces obras que saben que van a ayudar a solo unos pocos, y no les darán la fama, pero que los que las usen serán más felices y posiblemente mejores personas.

Y comparé este trabajo con la labor que hace Juan Carlos con su imaginación y cariño y vi que el resultado era el mismo, por lo que decidí inventar una nueva profesión, a la que es muy difícil pertenecer y de la que uno de sus grandes exponentes es Juan Carlos, Ingeniero de Sueños, Ilusiones y Sonrisas y entonces volví a soñar como cuando era niño, y soñé que de mayor sería como él.

Arturo Romero


Paquito y Paquete



El día que Paquito cumple su primer año recibe un regalo muy especial: un cachorro llamado Paquete. Pronto se hacen muy amigos. Una tarde, Paquito decide probar qué se siente siendo un perro, y dar la oportunidad a Paquete de probar qué se siente siendo un niño… y el lío está servido.

Cuando los niños se inician en la lectura, leer les cuesta un gran esfuerzo. Consciente de ello, Chandro, por una parte, ha escrito un cuento muy divertido para que ese trabajo resulte recompensado y, por otra, ha utilizado diversos recursos para que su esfuerzo sea menor: vocabulario sencillo, oraciones simples...
El resultado es esta desternillante historia, en la que cada página es una sonrisa. A ello contribuyen, sin duda, las graciosas ilustraciones de Guillermo Ferreira, algunas de las cuales son auténticos chistes gráficos.

Autor: Juan Carlos Chandro.
Ilustraciones: Guillermo Ferreira.
Editorial: Everest.

martes, 28 de abril de 2009

Runrún Cataplum


En un lugar, por encima de las nubes, viven el Señor de los ruidos y la Señora de los Sonidos. Se encargan de inventar sonidos y ponérselos a las cosas, animales y personas. Con ellos vive su hijo, el travieso Runrún Cataplum. Cuando sea mayor, él también será Señor de los Ruidos y los Sonidos, pero tiene tantas ganas de llenar el mundo de sonidos que un día no se aguanta más las ganas y sale a recorrer el mundo… y simplemente cambiando sonidos, y con el humor como herramienta, consigue solucionar un montón de conflictos.

Hay un tipo de cuentos que a los niños pequeños les gusta especialmente: aquéllos en los que el protagonista es un niño pequeño que consigue mejorar el mundo o solucionar los conflictos de los adultos. Runrún Cataplum es la historia de un niño que recorre el mundo convirtiendo las disputas en risas.

A esa edad en la que los niños comienzan a dominar el lenguaje, les encanta jugar con las palabras y, por lo tanto, los cuentos en los que aparecen onomatopeyas, soniquetes, estribillos…
De todo esto hay en Runrún Cataplum ya desde el propio título, pero no traído gratuitamente, sino que su aparición en el cuento viene, exigida por el propio carácter de la historia.
En Runrún Cataplum todos estos recursos están puestos al servicio de una idea que se pretende ilustrar con el cuento: el humor es un buen método para resolver conflictos, porque es mejor reír que reñir.

Autor: Juan Carlos Chandro.
Ilustraciones: Roser Rius.
Editorial: SM.
Colección: Cuentos de ahora.

jueves, 23 de abril de 2009

miércoles, 22 de abril de 2009

Las Canciones mágicas



Los protagonistas de este cuento vuelven a ser Rita y Tito, los niños magos de “Los besos mágicos”. Es esta ocasión, encuentran una fórmula mágica que hace que, cuando se canta una canción, aparezca lo que se nombra en ella. Esto está muy bien cuando la canción habla de naranjitas y limones, pero cuando lo que se canta es “Un elefante se balanceaba…”, y el lugar donde se canta es el interior de una casa, los resultados pueden ser desternillantes.

Si “Los besos mágicos” invitaba a una lectura activa por parte de los padres (besar a sus hijos mientras leían el cuento), “Las canciones mágicas” invita a una lectura activa en otro sentido. Al incluirse en él fragmentos de canciones infantiles conocidísimas, los adultos y los niños no pueden evitar leer y escuchar estos fragmentos cantándolos, por lo que la lectura se convierte en una pequeña comedieta musical en la que los actores son el lector y el oyente.
Esto hace que el cuento sea especialmente indicado para ser leído o contado por maestros, animadores y cuentacuentos.

Al igual que en “Los besos mágicos”, el tema subyacente de “Las canciones mágicas” es el cariño entre padres e hijos, aunque aquí se expresa con un nuevo matiz: al final la madre, en vez de regañar a sus hijos por sus errores, les enseña a corregirlos. Un final que resulta catártico y tranquilizador para los pequeños lectores.

Autor: Juan Carlos Chandro.
Ilustraciones: Mikel Valverde.
Editorial: Alfaguara.

martes, 21 de abril de 2009

Los besos mágicos




Antes de ir a dormir, Rita y Tito juegan con su madre a los besos mágicos, su juego preferido. Pero esta familia es un tanto especial: todos son magos. Por eso cuando su madre les da un beso de rana, Rita y Tito se convierten en ranas; cuando les da un beso de trompeta, sus narices se convierten en trompetas… un encantamiento sucede a otro encantamiento hasta que llega el momento de dar el beso de buenas noches.

Los besos mágicos” es un cuento para prelectores, y a esta edad tres de las cosas que más les gustan a los niños son que sus padres les lean un cuento, que jueguen con ellos y que les muestren su cariño. Este cuento proporciona a los padres la ocasión de mostrar su cariño a los hijos jugando, de aliñar una lectura trufada de besos y salpimentada de risas.

“Los besos mágicos” ha sido incluido en el libro de texto de Lengua de 1.º de Primaria (Santillana de Ediciones-Bolivia).


Autor: Juan Carlos Chandro.
Ilustraciones: Mikel Valverde.
Editorial: Alfaguara.

lunes, 20 de abril de 2009

Te quiero un montón



“Te quiero un montón” es un libro que acaricia con palabras, un libro tierno como un osito de peluche.
Es un cuento para prelectores, para niños que aún no saben leer. Está escrito pensando que son los padres los que se lo van a leer a sus hijos y propicia una lectura activa. El papá o la mamá, al leerlo, tienen que gesticular, imitar voces, abrazar a su hijo… y decirle “Te quiero” de once formas distintas.

Dicen algunos padres que este cuento causa verdadera adicción a sus hijos y les piden que se lo lean una y otra vez. Y no es de extrañar. A estas edades, el 90% del universo de un niño son sus padres. Si el 90% del universo le dice a un niño que lo quiere y se lo dice de un montón de maneras diferentes, la sensación que experimenta el niño cuando acaban de leerle el cuento es que el universo lo quiere. ¿Os imagináis que hubiera un libro para adultos capaz de causar este efecto?

Por otra parte, el mensaje del libro está encerrado en una frase: “Ya sé que me quieres, pero me gusta que me lo digas”.
Todos, padres, hijos, amigos, novios, esposos deberíamos decirnos más a menudo que nos queremos, aunque ya lo sepamos.

Te quiero un montón” fue seleccionado por el Gobierno de La Rioja para regalarlo a todos los niños riojanos que nacieron en el 2005.


Autor: Juan Carlos Chandro.
Ilustraciones: M.ª Luisa Torcida.
Editorial: Bruño.
Colección: Chiquicuentos.

domingo, 19 de abril de 2009

Bibliografía de Juan Carlos Chandro



PRELECTORES

- Te quiero un montón. Bruño, 2003. (Colección Chiquicuentos).

- Los besos mágicos. Alfaguara, 2003.

- Runrún Cataplum. SM, 2004. (Colección Cuentos de hoy).

- Las canciones mágicas. Alfaguara, 2005.

- Samuel casi no tiene miedo. Bruño, 2017

PRIMEROS LECTORES

- Paquito y Paquete. Everest, 1999. (Colección Montaña encantada).

- El huevo más famoso de la ciudad. SM, 2002. (Colección Barco de vapor).

- Una niñera de cuidado. Pearson/Alhambra, 2003.

- Tú eres mi héroe. SM, 2009. (Colección Barco de vapor).

A PARTIR DE 7 AÑOS

- Un sueño redondo. Ediciones Tándem, 2001.

- Maripuzzle la destrozona. Palabra, 2001. (Colección Mochila de Ástor).

- El Planeta Piruleta. Editorial Bayard, 2010. (Colección mini LEO LEO).

- Los amigos de los niños. 2011

- El abuelo está enamorado... (y yo también), 2012. (Colección mini LEO LEO).

A PARTIR DE 8 AÑOS

- Defensores de los derechos humanos. Bayard, 2002.

- Rosa está hecha un lío. Pearson/Alhambra, 2002.

- El cumpleaños de Rosa (y de Victoria). Pearson/Alhambra, 2004.

- Rosa contra los guarrocacas. Pearson/Alhambra, 2006.

- La historia de nuestra familia. Bayard, 2007.

- Los recuerdos olvidados. Letras Riojanas, 2010.

El jardín de Chandro




En el jardín de Juan Carlos Chandro Ramírez (Ausejo, La Rioja, 1963) crecen libros, a veces tiernos, a veces divertidos. Chandro abona este jardín con la nostalgia de su infancia, lo riega con unas gotas de imaginación y un chorrito de observación, y lo cultiva con mucho respeto hacia los niños. Considera que los niños son personas minúsculas en cuanto a tamaño, pero también son personas con mayúsculas, con entidad propia, que sienten alegrías, tristezas, miedos... por distintas razones que los adultos, pero con igual o mayor intensidad.

Por eso en sus cuentos trata de los problemas y cuestiones que a los niños les importan no desde una postura de superioridad, sino de respeto.

Y por eso sus libros están habitados por niños reales, tal como son, y no por modelos de cómo deberían ser.